¡Traductores, leed, leed, leed!

Aprovecho que mañana es Sant Jordi, día internacional del libro y fiesta del patrón de Cataluña, para pensar en voz alta sobre la importancia que tiene la lectura para nosotros, los traductores. Todos lo tenemos claro, desde luego, pero por si acaso, voy a intentar enumerar algunas razones por las que es básico que leamos mucho, mucho, mucho, obras de ficción, en lengua original y traducciones, obras de ensayo sobre diferentes temas e incluso obras de literatura infantil y juvenil. Mejor si se trata de buenas obras, claro, pero también podemos sacar provecho de la lectura de obras no tan buenas o traducciones mediocres. ¡Nuestro cerebrito de correctores empedernidos seguro que no para quieto! ¿Por qué me parece tan importante que los traductores lean mucho? No sé si los motivos me saldrán por orden de importancia, pero ahí van.

En los escritos de otros (tanto escritores como traductores), sobre todo si son de calidad, podemos encontrar nuevas maneras de expresar un concepto, palabras o expresiones que no conocemos, formas actuales de hablar, argot de grupos sociales con los que no tenemos contacto real. También podemos recordar aspectos olvidados de la lengua, refranes o locuciones. Todo esto nos hace adquirir soltura a la hora de escribir una traducción y nos facilita la vida cuando tenemos que encontrar una manera de expresar una idea que no nos sale de forma automática. Cuantas más palabras y expresiones conozcamos, menos tendremos que buscar en el momento de traducir y mejor nos saldrá el texto.

La intertextualidad que casi siempre está presente en las obras literarias nos acostumbra a la idea de las relaciones entre los textos y nos induce a buscarla en lo que estamos traduciendo. Si leemos poco, es muy posible que no nos demos cuenta de las alusiones conscientes o inconscientes, aparentes u ocultas, que hace el autor a otras obras literarias, clásicas o no, a canciones o películas, a hechos históricos, a mitos o leyendas. Nuestras traducciones serán muchos más acertadas y fieles al texto original si nos damos cuenta de estas alusiones y relaciones. En este sentido, no solo es interesante leer obras literarias, sino también ensayos, libros de historia, de ciencia, de sociología, etc., para aumentar nuestros conocimientos sobre temas variados. ¡En las traducciones sale de todo!

Leer también nos permite estar al día de lo que se cuece en el mundo editorial, aunque solo sea por los repetidos paseítos a las librerías y los recorridos por sus estantes. Si, por nuestro trabajo de traductores, tenemos relación con editores, siempre podremos hablar con ellos de temas relacionados con la edición con mayor conocimiento de causa si hemos captado aspectos de su día a día, como los temas de actualidad, los autores más leídos, las obras clásicas que se vuelven a editar, las editoriales que más venden, las nuevas editoriales que salen al mercado, los autores más promocionados, los traductores más famosos… En fin, si nuestro trabajo es la traducción de libros, el libro es nuestra vida, lo que nos da de comer y tenemos que conocerlo.

Si no nos dedicamos a la traducción de libros, en los libros también encontraremos información que nos será útil a la hora de traducir un texto técnico, por ejemplo. Si nuestro mundo profesional es la traducción médica, leer ensayos científicos sobre temas médicos escritos por profesionales en nuestra lengua de llegada nos aporta mucha información sobre la manera en que estos profesionales dicen ciertas cosas, sobre el significado de ciertos conceptos y quizá también sobre palabras que ellos extraen del inglés y cuya traducción podemos aportar, si nos parece adecuado. Si lo que traducimos son textos jurídicos, lo tenemos más difícil. ¡Quizá tendremos que buscar una novela de abogados! Pero echar un vistazo a la Constitución o al Código Civil tampoco estará de más.

Se me ocurren muchos otros motivos por los que leer es importante para un traductor, pero ahora me gustaría recomendar tres libros que me han gustado, ¡mañana es Sant Jordi! ¡Toca libro para él y ella, y rosa para ella! Podéis pasar de rosa, pero no de libro, aunque sea de la biblio. Os recomiendo estos tres:

1. Por el bien del imperio. Una historia del mundo desde 1945, de Josep Fontana. Es un tocho, sí, tiene más de 900 páginas, más unas 200 de notas, pero está escrito en un lenguaje tan fluido y agradable que se te pasan las horas sin darte cuenta. El libro no solo cuenta la historia de nuestra época a partir del final de la segunda guerra mundial, también es una reflexión sobre todo lo ocurrido, una visión crítica que analiza las frustraciones ante la ausencia de paz, ante la apariencia de la extensión de la democracia, ante la falta real de prosperidad para todos, ante el mantenimiento de la pobreza. No es un libro de fechas y personajes, sino de hechos y reflexiones. Una mirada al pasado reciente que nos permite comprender de dónde nos viene lo que está ocurriento. ¡Muy recomendable!

2. La sonrisa etrusca, de José Luis Sampredro. ¡Cómo me gusta Sampedro y qué bien escribe! Esta obra se publicó por primera vez en 1985, pero sigue siendo actual. Es la historia de un anciano que se traslada de su pueblo a la ciudad a causa de una enfermedad, que él personaliza e incluso le da un nombre, para que no le dé tanto miedo. En casa de su hijo, convive con su nieto, un chiquitín al que da todo su cariño, y también conoce a una mujer que aporta pasión y amor a la última etapa de su vida. A pesar de la terrible enfermedad, la historia rebosa optimismo, sentido común y libertad. ¡No puedes soltarlo, pero a la vez quieres leerlo despacio para que no se termine!

3. Olvidado Rey Gudú, de Ana María Matute. También es un tocho, pero esta vez se trata de una novela podríamos decir que de fantasía y aventuras. Un país imaginario con ambiente medieval, el reino de Olar, con su mapa en las primeras páginas, cuyo nacimiento y expansión se relata en la novela; muchos personajes, luchas por el poder, conquista, amor, ternura, magos, criaturas del subsuelo, lucha contra el mal. Una alegoría antibelicista considerada una obra de culto e historia de las emociones humanas. Ingredientes para una lectura apasionante de la pluma de una gran escritora y miembro de la Real Academia Española.

La última recomendación es Is That a Fish in Your Ear?: Translation and the Meaning of Everything o en español Un pez en la higuera: una fabulosa historia de la traducción, de David Bellos, traducido por Vicente Capos González. Un libro especial para traductores. No puedo hablar demasiado de él porque justo acabo de empezarlo, pero promete… ¡Y va de traducción!

¡Buena lectura, colegas!

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6 respuestas a ¡Traductores, leed, leed, leed!

  1. dgimirizaldu dijo:

    Para ser un buen traductor es indispensable ser un lector voraz. Eso es así. 🙂

  2. Ana dijo:

    ¡Hola! me encanta tu post y ¡enhorabuena por tu blog! yo también soy traductora y me siento muy identificada con lo que dices. Sólo una preguntita, el libro de Bellos es el que en inglés se titula «Is that a fish in your ear?», ¿no? En tal caso sí lo he leído y me encanta, es genial. Debería leerlo toco aquel interesado en la traducción

    • Nuria Viver dijo:

      Sí, Ana, es éste. Yo acabo de empezarlo y ya me apasiona. Se lee muy bien y es muy interesante.
      Me alegro de que te guste el blog. Muchas gracias por tu comentario.
      Un abrazo.

  3. ¡Feliz día de Sant Jordi!
    Y muchas gracias por las recomendaciones. Aunque se me acumulen las tareas lectoras siempre es bueno tener en mente algunas recomendaciones a la hora de pasar por la librería.

    Saludos.

    • Nuria Viver dijo:

      Se acumulan, sí, tienes toda la razón, pero hay tantas cosas en las librerías, algunas muy malas, que vale la pena compartir lo que te ha gustado.
      Gracias por tu comentario. Un abrazo.

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